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La ciencia de la interacción hombre-máquina se ha desarrollado mucho en los últimos años y nos podemos aprovechar de ella en nuestras páginas. La resumimos en forma de consejos.

Aunque el auge de la usabilidad es reciente, debido sobre todo a la difusión de la obra del "gurú" Nielsen, que recoge como uno de los principios fundamentales el diseño minimalista, lo cierto es que esta disciplina ha existido desde hace tiempo, aunque con otros ropajes. Nos estamos refiriendo a la Ciencia de la Interacción Hombre-Ordenador ("Human Computer Interaction").

Ya desde el comienzo de la difusión de los primeros micrordenadores existió un interés por estudiar cómo se comportan las personas ante los dispositivos automáticos de información. Dado que la realización de investigaciones controladas es cara y requiere tiempo, se confinó al mundo universitario y al de la investigación aeroespacial. Pero hoy en día está disponible un cuerpo de resultados de los que se puede beneficiar el diseño de nuestros sitios Web y aplicaciones interactivas.

Este cuerpo de principios continúa aumentando a medida que se realizan nuevas investigaciones y continúan generándose nuevos resultados. No podemos esperar que las guías de diseño y las directrices nos resuelvan todos los problemas.

Pero veamos ahora cómo podemos usar los resultados de la HCI en una tarea aparentemente tan prosaica como es el diseño Web. A continuación resumimos los principales resultados de la investigación en una serie de consejos que conviene tener en cuenta.

Páginas a rebosar...

¿Cuantas veces hemos perdido tiempo buscando una información importante entre todo el texto y los gráficos de una página?. Ello sin tener en cuenta el esfuerzo mental que supone y la posibilidad de que cometamos un error y pasemos por alto nuestro objetivo.

Lo diseñadores paracen sufrir de una especie de "horror vacui" que les obligar a rellenar cada posible hueco, quizá porque piensen que su presencia es un signo de falta de elaboración. Pero han de tener en cuenta que un usuario no va a visitar sólo su sitio Web, sino que si se deja caer por él, debemos facilitarle la tarea y permitirle decidir rápidamente si tenemos algo que le interesa y tener claro qué es. Además, la carga de páginas "pesadas", sobre todo si tienen imágenes, es un lastre para la percepción positiva que pudiera tener su visitante.

En varios estudios, algunos de ellos de la NASA, se ha calculado que el porcentaje óptimo de pantalla activa no debe ser mayor de un 20 a un 60 %. Claro está que estos resultados se obtuvieron con pantallas estáticas sin posibilidad de scroll.

Si en las pantallas de información táctica sólo se presenta la información estrictamente necesaria para llevar a cabo la tarea y de la forma más sencilla posible, ¿por qué no hacer nosotros lo mismo?.

En resumen, es recomendable usar el menor número posible de elementos por pantalla. Si hay elementos que no va a necesitar todo el mundo, es mejor no presentarlos y darlos sólo bajo demanda.

Estas recomendaciones se vuelven primordiales cuando nos movemos a un entorno en que los recursos de visualización son más limitados, como WAP o PDA.

Lo sencillo es difícil de crear.

Bien, ya me he convencido de que cada pantalla no debe estar muy cargada, pero ¿cómo lo consigo, sobre todo si tengo mucha información que enseñar?. La respuesta es: eliminando elementos superfluos y agrupando la información. Se trata de presentar cercanos los elementos más semejantes, lo que garantiza además su rápida localización, dado que la página tendrá una estructura visual agradable y efectiva.

Para ello hemos de solucionar las siguientes cuestiones:

Nota: Nuestro colaborador ofrece más información sobre usabilidad y su actividad comercial en su página web: http://www.invesic.com.

Rubén García Zurdo

Psicólogo. Consultor de Usabilidad en INVESIC

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