Aparte de las grandes ideas para justificar un proyecto en Internet, que impliquen un esfuerzo de varias personas y requieran de una inversión económica inicial más o menos fuerte, también podemos decantarnos por el proyecto personal.

Un proyecto personal es el que puede realizar una sola persona en su casa, posiblemente dentro de sus ratos libres y con una inversión económica casi nula. Tan sólo, dedicando su esfuerzo constante durante un cierto tiempo.

Es posible que, hasta el momento, estos desarrollos sean, por lo menos en número, los más habituales y los que han conseguido un mayor éxito y en definitiva, su permanencia en Internet. Hay que darse cuenta que estos negocios no implican un gran desembolso de dinero, por lo que pueden mantenerse aunque los ingresos también sean muy reducidos.

Algunas características de este tipo de negocios son:

- Bajo coste de puesta en marcha y mantenimiento
- Implicación de una persona y, de tener más personas trabajando, no pasan de ser colaboradores no remunerados o a los que se les paga en función de los resultados obtenidos.
- Permiten que la persona o personas implicadas realicen otras tareas que le reporten ingresos económicos más directos mientras que se incuba la idea.
- No requiere de una infraestructura costosa. Se puede desarrollar desde el domicilio de una persona, lo que se llama la cultura del garaje.

Lo bueno de la web es que cualquier persona puede, con muy poco dinero, disponer de todo lo necesario para comenzar un negocio, que es básicamente un nombre de dominio y un espacio para alojar las páginas. Además, hay una justicia o igualdad total en la importancia de un desarrollo que tenga detrás una fuerte inversión de capital con uno que no disponga de dinero inicialmente. Por lo menos en un principio todos los dominios son iguales en importancia, es decir, me cuesta el mismo trabajo entrar en la página de una gran empresa que acceder a la web de un particular: los dos se llaman algo.com.

Si tenemos un proyecto personal podemos desarrollarlo sobre la marcha, sin necesidad de realizar un estudio financiero de viabilidad. Nos llevará posiblemente más tiempo del que nos llevaría si hiciéramos el trabajo con la ayuda de una inversión económica pero, de ser posible el negocio, finalmente encontraríamos la rentabilidad buscada, tanto por una vía como por la otra.