Qué son las distribuciones de Linux y sus familias más importantes para servidores. Cómo afecta nuestra decisión al escoger una u otra distribución de Linux y cuáles son las más recomendables para instalar en un servidor.
En los pasados artículos del Manual de Administración de Servidores hemos hablado bastante sobre cómo elegir el servidor y qué sistema operativo instalar. Hemos tratado de ofrecer una serie de criterios para elegir entre Windows o Linux, viendo que en la mayoría de los casos Linux será lo más adecuado. Sin embargo, si ya hemos optado por sistemas Linux, todavía hay una decisión más que debemos de tomar. Se trata de la distribución de Linux que queremos instalar en la máquina.
Ya hemos explicado que una distribución de Linux no es más que una serie de software que acompañará al núcleo de Linux para proporcionar al usuario toda una serie de programas habituales para realizar las tareas comunes con servidores y ordenadores de sobremesa. Todas las distribuciones en principio son buenas para servidores, existiendo pocas diferencias. De modo que aquí los factores habituales están más relacionados con las preferencias o costumbres de los desarrolladores o administradores de sistemas.
En las versiones de Linux para escritorio, con interfaz gráfica, la distribución elegida sí que afectará más a los usuarios, puesto que en este sistema existen diversos motores de interfaces gráficas, mayor o menor facilidad de acceso a drivers de tarjetas gráficas o dispositivos. Sin embargo, en el área de servidores todas las distros son más o menos similares.
Familias de distribuciones Linux
Existen diversas distribuciones, pero podemos agruparlas en varios grupos o familias. De hecho, en el entorno de servidores podríamos limitarnos a tres grandes grupos.
- Distribuciones basadas en Debian: Entre las que encontramos el mismo Debian y Ubuntu.
- Distribuciones basadas en Red Hat: Entre las que se encuentran Red Hat o CentOS, Roxy Linux y o AlmaLinux.
- Distribuciones basadas en SUSE: como SUSE Enterprise o OpenSUSE.
Primero hay que aclarar que no todas las distribuciones se pueden usar de manera gratuita. Mejor dicho, algunas licencias ofrecidas por algunos fabricantes, como Red Hat o SUSE Enterprise se ofrecen con soporte empresarial, por lo que habría que adquirir el servicio para poder usarlas. Sin embargo, todas las familias tienen sus alternativas de distribuciones derivadas orientadas a servidores que son de uso gratuito.
¿Qué puede cambiar de unas distribuciones a otras?
Como hemos dicho, principalmente lo que cambia es el ecosistema de software que cada distribución ofrece en la instalación base del sistema operativo.
Obviamente hay una base común, pero existen personalizaciones. La más patente de las diferencias entre distribuciones consiste en los gestores de paquetes, que son los programas que nos permiten buscar e instalar software en un servidor.
Red Hat usa YUM como gestor de paquetes, mientras que la familia Debian usa ATP o SUSE YaST. Esto indica que los comandos para instalar software en la máquina serán distintos.
De todos modos, la mayoría de los programas son transversales, como Apache o Nginx como servidores web o MySQL/MariaDB en la base de datos. Lo que sí puede cambiar son los programas que gestionan estos servicios, para mantenerlos arrancados en la máquina cuando ésta se reinicia, por lo que sí pueden cambiar puntualmente algunos comandos para realizar apagados o reinicios de los servicios.
Al escoger una distribución la recomendación sería elegir una que tenga una comunidad amplia, simplemente porque así será más fácil encontrar soluciones a posibles problemas y dudas. En este sentido Ubuntu, Debian o CentOS pueden ser algunas de las más adecuadas.
CentOS, basada en Red Hat, ha hecho un cambio reciente en su filosofía. Ahora desde Red Hat han anunciado que servirá como "banco de pruebas" y que por tanto quizás no tenga tanta estabilidad como estábamos acostumbrados. Es por ello que al conocerse esta situación la comunidad se ha volcado en otras distribuciones derivadas que han adquirido mucha relevancia como Rocky Linux o AlmaLinux.
Conclusión
No podemos decir que un sistema operativo sea mejor que otro, sino más o menos adecuado en función de los requerimientos del servidor. Si no tienes requerimientos específicos, Linux suele ser el sistema operativo más recomendable, en casi todos los factores, para empezar porque la inversión económica es menor, así como la necesidad de recursos del sistema.
En lo que respecta a las distribuciones todas son capaces de realizar las mismas cosas, existiendo algunas diferencias relevantes como los gestores de paquetes, que nos afectan a la hora de instalar software. Sin embargo, en el fondo podremos usar cualquier distribución para un servidor y la decisión podrá estar más condicionada a preferencias o costumbre de los administradores del sistema. Si estamos comenzando y no tenemos una necesidad especial es importante que escojamos una distribución que tenga una comunidad amplia. Todas las que hemos comentado en este artículo son adecuadas en ese sentido, porque resultan bastante populares, pero si tuviera que dar una opinión personal me quedaría con Ubuntu Server.
Miguel Angel Alvarez
Fundador de DesarrolloWeb.com y la plataforma de formación online EscuelaIT. Com...