> Manuales > Curso práctico de diseño web, parte II

Detallamos la suma importancia de la fotografía en el diseño gráfico, así como las características de la misma.

La fotografía es actualmente uno de los elementos más importante en diseño gráfico, debido principalmente a sus propiedades únicas.


En primer lugar, las fotografías representan de modo excepcional el mundo real que nos rodea. Una ilustración puede resultar bella, un icono, significativo; pero ninguno de estos elementos causa tanto impacto visual en el espectador como una fotografía adecuada al tema.

En segundo lugar, con el uso de los programas de retoque de imágenes es posible modificar el aspecto de una fotogrfía, aplicarle filtros, realizar montajes, etc. Con ello se consiguen magníficas composiciones que permiten complementar en gran medida el mensaje que se desea transmitir.

Además, con el abaratamiento de las cámaras fotográficas digitales es posible hacer cientos de fotografías sobre un mismo tema por un precio minúsculo, lo que va a permitir al diseñador elegir aquella o aquellas que mejor se adapten al trabajo que tiene entre manos.

Podemos usar diferentes tipos de fotografías, cada uno con sus propias características y connotaciones.

Cuando se trata de crear un estilo de época o clásico, por ejemplo, las imágenes en blanco y negro son perfectamente apropiadas. Las impresiones en sepia o coloreadas a mano, que estuvieron en boga antes de la llegada de la fotografía en color, se pueden usar para dar un aspecto clásico y distintivo. Y desde un punto de vista más actual, la fotografía en blanco y negro apota un toque distintivo y único a una composición. Estos efectos pueden crearse partiendo de una fotografía en color, retocándola posteriormente en un programa gráfico como Photoshop o Paint Shop Pro.


Por otra parte, las fotografías en color pueden utilizarse para remarcar un estilo de diseño, para definir un mercado, para exagerar las cualidades naturales, etc. Además, es posible realizar sobre ellas tal cantidad de operaciones de retoque que los resultados posibles son casi infinitos.


El control último sobre el aspecto de la fotografía recae en el diseñador, quien debe definir la forma, tamaño y proporciones adecuadas para cada diseño concreto. No es lo mismo un proyecto de cartel para valla publicitaria, en el que puede usarse sin problemas una fotografía de gran tamaño para impactar a los espectadores que una página web, en el que una fotografía de tamaño y calidad excesiva puede aumentar en exceso la descarga de la página.

Centrándonos en la web como medio, la fotografía se suele utilizar para los siguientes fines:

Como hemos mencionado, una de las principales limitaciones al uso de fotografías en las páginas web es el peso de los ficheros gráficos que originan, que pueden llegar a sobrecargar en exceso la página, haciendo que sea muy lenta su descarga para usuarios con conexiones a Internet de bajo ancho de banda.

Por lo tanto, si queremos o necesitamos incluir este tipo de contenidos en una página web habrá que optimizar al máximo los ficheros gráficos, poniendo especial cuidado en el tipo de formato elegido, en las dimensiones físicas de las fotografías y en su resolución (máximo 96 ppp).

Una solución muy usada es dividir las imágenes grandes en varias más pequeñas y disponiendo estas en una tabla a modo de puzzle, de tal forma que el resultado final sea de igual aspecto a la imagen original.

 

De esta forma se consigue separar la descarga de un fichero de mucho peso en varias descargas más cortas, permitiendo al usuario visualizar poco a poco la fotografía y decidir si ésta es o no de su interés y le merece la pena esperar a la descarga completa de la misma.

Existen diferentes programas gráficos que permiten realizar esta operación de recorte, desde los más conocidos y complejos, como Image Ready, que viene con Photoshop, hasta los creados específicamente para esta tarea, como Splitz!, que destaca por su sencillez y efectividad.

En cuanto a la obtención de material fotográfico para nuestros diseños, la solución más económica consiste en obtener nosotros mismos las fotografías con una cámara (de película+escaneo o digital) o en recurrir a sitios de Internet que ofrecen material descargable de forma gratuita (ojo, siempre que no se use con fines comerciales). Como ejemplos tenemos el Banco de Imágenes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y FreeFoto.
Para trabajos comerciales existen en el mercado multitud de recursos, desde los CD's de fotofgrafías temáticas hasta los sitios web que permiten descargar imágenes de alta calidad previo registro y pago. Entre ellos destacan AGE Photostock, Getty Images y PIXTAL. Otra solución, cuando hay presupuesto suficiente y necesitamos fotografías muy concretas, es encargarlas a fotógrafos profesionales.

Luciano Moreno

Consultor, diseñador y desarrollador web en ParaRedeBJS. Especialista en usabill...

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