El primer capítulo de este manual contiene un enfoque al impacto supuesto por Internet en el mundo actual.
Nos planteamos una pregunta que ha sido durante mucho tiempo un agujero negro sin respuesta: ¿es posible montar un sitio web y empezar a ganar dinero? La respuesta es obvia, sí es posible, pero nadie ha dicho que sea tarea fácil.
Internet, más concretamente la web, es un mercado todavía incipiente, por lo menos en España y otros países de Latinoamérica. Esto quiere decir que las expectativas son buenas, aunque por el momento no se puede decir que cualquier proyecto en la web tenga garantías de ser rentable.
La universalización del acceso a Internet es una meta todavía lejana para países donde las tarifas de acceso quedan muchas veces fuera del alcance del total de la sociedad. Así como cualquier familia tiene un televisor en el hogar, o incluso varios, no ocurre lo mismo con los ordenadores personales, que tienen una penetración mucho menor. Los PC son todavía difíciles de utilizar para muchas personas y no cabe duda que Internet o la web resultará mucho más complicado todavía para esas generaciones que no han vivido desde siempre con la compañía de los ordenadores.
Ya que comparamos la penetración en los hogares de Internet con el televisor, también hay que decir que el perfil del usuario de estos dos medios de comunicación queda bastante dispar. Mientras que el televisor es un elemento no participativo, que nos lo da todo hecho y que evita hacernos pensar, Internet o la web nos hace decidir lo que queremos hacer, pensar en nuestros movimientos, participar en comunidades, etc. Digamos que, si una persona llega cansada del trabajo, como ocurre muy a menudo en esta sociedad, le costará mucho menos ponerse delante del televisor y que se lo den todo hecho, que ponerse delante de un ordenador y estrujar su agotado cerebro todavía más para decidir cada uno de los pasos que va a dar para pasar su rato de ocio.
También la inversión necesaria para acceder a Internet es mucho más elevada que para acceder a otros medios de comunicación, como la televisión. El televisor es mucho más barato que el ordenador y las ondas con los canales disponibles son gratuitas en muchos de los casos, mientras que el acceso a Internet nos costará cuando menos las llamadas de teléfono que hagamos. En cuanto a la televisión de pago, que nos da acceso a cientos de canales con infinidad de temas, también es más barata, por lo menos en España, que una conexión con banda "ancha" ADSL. ¿Cómo es posible que el gran público se acerque a Internet si ver el partido del Real Madrid en su casa por la televisión le va a salir mucho más barato que acceder a un enmarañado de páginas donde es difícil encontrar lo que queremos? Estoy seguro que muchos jóvenes pensarán: si en mi casa no tenemos siquiera televisión de pago porque no nos lo podemos permitir, ¿cómo le digo a mi padre que invierta el doble de lo que necesitaríamos para que viese su partido de fútbol y sus películas, en un acceso a Internet que me permita explotar siquiera mínimamente las posibilidades de la Red?
No obstante, es inevitable que la Red se meta cada día en más hogares. El estado del bienestar, la cada vez mayor cultura de las personas (aunque siempre hay excepciones), y la correcta repartición de los recursos de la sociedad a la que hemos llegado y esperamos mantener, hacen que el bloque de personas a las que les puede interesar Internet sea mucho mayor. Ya sea en casa o en la oficina, muchas personas pueden constatar lo útil de tener un acceso a toda la información y servicios que ofrece hoy la web y la costumbre por el uso de una herramienta útil es muy fácil de adquirir.
Internet, más concretamente la web, es un mercado todavía incipiente, por lo menos en España y otros países de Latinoamérica. Esto quiere decir que las expectativas son buenas, aunque por el momento no se puede decir que cualquier proyecto en la web tenga garantías de ser rentable.
La universalización del acceso a Internet es una meta todavía lejana para países donde las tarifas de acceso quedan muchas veces fuera del alcance del total de la sociedad. Así como cualquier familia tiene un televisor en el hogar, o incluso varios, no ocurre lo mismo con los ordenadores personales, que tienen una penetración mucho menor. Los PC son todavía difíciles de utilizar para muchas personas y no cabe duda que Internet o la web resultará mucho más complicado todavía para esas generaciones que no han vivido desde siempre con la compañía de los ordenadores.
Ya que comparamos la penetración en los hogares de Internet con el televisor, también hay que decir que el perfil del usuario de estos dos medios de comunicación queda bastante dispar. Mientras que el televisor es un elemento no participativo, que nos lo da todo hecho y que evita hacernos pensar, Internet o la web nos hace decidir lo que queremos hacer, pensar en nuestros movimientos, participar en comunidades, etc. Digamos que, si una persona llega cansada del trabajo, como ocurre muy a menudo en esta sociedad, le costará mucho menos ponerse delante del televisor y que se lo den todo hecho, que ponerse delante de un ordenador y estrujar su agotado cerebro todavía más para decidir cada uno de los pasos que va a dar para pasar su rato de ocio.
También la inversión necesaria para acceder a Internet es mucho más elevada que para acceder a otros medios de comunicación, como la televisión. El televisor es mucho más barato que el ordenador y las ondas con los canales disponibles son gratuitas en muchos de los casos, mientras que el acceso a Internet nos costará cuando menos las llamadas de teléfono que hagamos. En cuanto a la televisión de pago, que nos da acceso a cientos de canales con infinidad de temas, también es más barata, por lo menos en España, que una conexión con banda "ancha" ADSL. ¿Cómo es posible que el gran público se acerque a Internet si ver el partido del Real Madrid en su casa por la televisión le va a salir mucho más barato que acceder a un enmarañado de páginas donde es difícil encontrar lo que queremos? Estoy seguro que muchos jóvenes pensarán: si en mi casa no tenemos siquiera televisión de pago porque no nos lo podemos permitir, ¿cómo le digo a mi padre que invierta el doble de lo que necesitaríamos para que viese su partido de fútbol y sus películas, en un acceso a Internet que me permita explotar siquiera mínimamente las posibilidades de la Red?
No obstante, es inevitable que la Red se meta cada día en más hogares. El estado del bienestar, la cada vez mayor cultura de las personas (aunque siempre hay excepciones), y la correcta repartición de los recursos de la sociedad a la que hemos llegado y esperamos mantener, hacen que el bloque de personas a las que les puede interesar Internet sea mucho mayor. Ya sea en casa o en la oficina, muchas personas pueden constatar lo útil de tener un acceso a toda la información y servicios que ofrece hoy la web y la costumbre por el uso de una herramienta útil es muy fácil de adquirir.
Miguel Angel Alvarez
Fundador de DesarrolloWeb.com y la plataforma de formación online EscuelaIT. Com...