Cómo saber si el dominio que deseamos es el más adecuado.
¿Qué hace de un dominio un gran dominio? ¿Cómos saber si el nombre de
dominio que estoy pensando en comprar o registrar es realmente el adecuado
para mí? Muy fácil, sólo hay que tener en cuenta estas siete reglas de oro.
1. Ponlo fácil. Ésta es la gran regla básica en el mundo de los dominios en particular y en el del márqueting y comunicación en general. A ningún publicista se le olvida la conocida regla KISS (Keep it Simple Stupid) y desde luego nuestro nombre de dominio es la primera forma de publicitar nuestro negocio en la red.
Hay que intentar que nuestro nombre de nuestro dominio le resulte fácil de recordar al usuario. El motivo es bien sencillo. Imaginémosnos que, navegando por la red, nos encontramos con dos páginas que nos encantan: eco.com y emeronion.com. ¿Cuál es más probable que volvamos a visitar?
2. Lo breve... dos veces bueno. El dicho se cumple una vez más en el mundo de los dominios. Cuantos menos caracteres tenga un nombre, mucho más fácil de recordar y también más cómodo y rápido de teclear. Desgraciadamente, estos dominios son ya muy escasos. El 100% de los dominios con tres caracteres o menos hace tiempo que está registrado. Comprarlos puede ser una solución pero los dominios breves son, sin duda, los más valisosos por lo escaso y, por tanto, los más caros.
3. Dando sentido. Varios estudios han demostrado que las palabras con significado se recuerdan prácticamente un 80% más que aquellas que no lo tienen. Buscar un nombre que realmente diga algo puede resultar complicado pero merece la pena. Es cierto que hay empresas como Yahoo que han conseguido grandes resultados con un nombre sin significado pero ¿cuánto dinero han tenido que invertir en publicidad?
4. Sin confusión. Uno de los problemas comunes con los que se encuentran las empresas de internet es el del tráfico desviado desde su página a causa de un error de tecleo por parte del usuario. Los juegos de palabras ingeniosos pueden resultar muy divertidos y útiles para captar la atención pero, en general, son poco efectivos en la red y mucho menos si utilizamos números y guiones. El significado del dominio "love-2u.com" puede ser muy sencillo de recordar pero el usuario se encontrará con la duda de si debía escribir "lovetoyou.com" o "loveto-u.com" o quién sabe cuántas combinaciones más.
5. ¿Somos .com? A la hora de escoger una extensión para nuestro dominio el dilema es el siguiente: ¿qué dominio se adapta mejor a nuestro mercado? Está claro que el estándar de facto en la red es el .com. Ésta es sin duda la extensión más codiciada. Pero, si no operamos a nivel internacional, también puede resultar una buena idea pensar en los dominios regionales de nuestro campo de actuación: .es, com.ar, com.mx, etc...
Otra alternativa son las extensiones .net y .org consolidadas desde hace tiempo aunque con bastante menos tirada que la .com. Si decidimos tener algo de paciencia, también podemos apostar por los .info o .biz que, aunque todavía tienen poca implantación, prometen ser importantes en un futuro.
6. ¿Qué dice de lo que hacemos? Ajustar el nombre de nuestro dominio a nuestra actividad es muy conveniente para conseguir que el usuario nos asocie con un determinado producto o servicio, y de ese modo, se pueda acordar de nosotros cada vez que lo necesite. Calor.com quizá es un gran nombre de dominio pero, si el negocio para el que que lo utilizamos es una tienda de zapatos on-line, probablemente no nos va a resultar de mucha utilidad.
7. Sin malas lecturas. El último aspecto a tener en cuenta a la hora de elegir un dominio son las connotaciones asociadas al nombre que elijamos. Es importante asegurarse de que nuestro dominio no tiene connotaciones negativas que puedan quedar asociadas a nuestros productos. Y si operamos en un entorno internacional tenemos que asegurarnos de que esto no sucede con nuestra lengua ni tampoco con el resto que podamos considerar importantes para nuestro negocio. Desde luego, "estohuele.com" no sería precisamente la elección más adecuada para nuestra tienda de perfumes.
1. Ponlo fácil. Ésta es la gran regla básica en el mundo de los dominios en particular y en el del márqueting y comunicación en general. A ningún publicista se le olvida la conocida regla KISS (Keep it Simple Stupid) y desde luego nuestro nombre de dominio es la primera forma de publicitar nuestro negocio en la red.
Hay que intentar que nuestro nombre de nuestro dominio le resulte fácil de recordar al usuario. El motivo es bien sencillo. Imaginémosnos que, navegando por la red, nos encontramos con dos páginas que nos encantan: eco.com y emeronion.com. ¿Cuál es más probable que volvamos a visitar?
2. Lo breve... dos veces bueno. El dicho se cumple una vez más en el mundo de los dominios. Cuantos menos caracteres tenga un nombre, mucho más fácil de recordar y también más cómodo y rápido de teclear. Desgraciadamente, estos dominios son ya muy escasos. El 100% de los dominios con tres caracteres o menos hace tiempo que está registrado. Comprarlos puede ser una solución pero los dominios breves son, sin duda, los más valisosos por lo escaso y, por tanto, los más caros.
3. Dando sentido. Varios estudios han demostrado que las palabras con significado se recuerdan prácticamente un 80% más que aquellas que no lo tienen. Buscar un nombre que realmente diga algo puede resultar complicado pero merece la pena. Es cierto que hay empresas como Yahoo que han conseguido grandes resultados con un nombre sin significado pero ¿cuánto dinero han tenido que invertir en publicidad?
4. Sin confusión. Uno de los problemas comunes con los que se encuentran las empresas de internet es el del tráfico desviado desde su página a causa de un error de tecleo por parte del usuario. Los juegos de palabras ingeniosos pueden resultar muy divertidos y útiles para captar la atención pero, en general, son poco efectivos en la red y mucho menos si utilizamos números y guiones. El significado del dominio "love-2u.com" puede ser muy sencillo de recordar pero el usuario se encontrará con la duda de si debía escribir "lovetoyou.com" o "loveto-u.com" o quién sabe cuántas combinaciones más.
5. ¿Somos .com? A la hora de escoger una extensión para nuestro dominio el dilema es el siguiente: ¿qué dominio se adapta mejor a nuestro mercado? Está claro que el estándar de facto en la red es el .com. Ésta es sin duda la extensión más codiciada. Pero, si no operamos a nivel internacional, también puede resultar una buena idea pensar en los dominios regionales de nuestro campo de actuación: .es, com.ar, com.mx, etc...
Otra alternativa son las extensiones .net y .org consolidadas desde hace tiempo aunque con bastante menos tirada que la .com. Si decidimos tener algo de paciencia, también podemos apostar por los .info o .biz que, aunque todavía tienen poca implantación, prometen ser importantes en un futuro.
6. ¿Qué dice de lo que hacemos? Ajustar el nombre de nuestro dominio a nuestra actividad es muy conveniente para conseguir que el usuario nos asocie con un determinado producto o servicio, y de ese modo, se pueda acordar de nosotros cada vez que lo necesite. Calor.com quizá es un gran nombre de dominio pero, si el negocio para el que que lo utilizamos es una tienda de zapatos on-line, probablemente no nos va a resultar de mucha utilidad.
7. Sin malas lecturas. El último aspecto a tener en cuenta a la hora de elegir un dominio son las connotaciones asociadas al nombre que elijamos. Es importante asegurarse de que nuestro dominio no tiene connotaciones negativas que puedan quedar asociadas a nuestros productos. Y si operamos en un entorno internacional tenemos que asegurarnos de que esto no sucede con nuestra lengua ni tampoco con el resto que podamos considerar importantes para nuestro negocio. Desde luego, "estohuele.com" no sería precisamente la elección más adecuada para nuestra tienda de perfumes.
Albert Domínguez
Spanish Country Manager