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Hace un análisis sobre los archivos MP3 y la dificultad con la que se ven los usuarios para distribuirlos en sus páginas personales, dadas las restricciones impuestas por servidores gratuitos.

En Internet hay muchas formas por las que los archivos mp3 se han ido difundiendo: software como Napster, Gnutella, Win Mp3 Locator... también a través de buscadores de mp3 como audiofind.com o audiogalaxy.com, pero el mayor medio de difusión es -siempre lo ha sido- las páginas personales de los cibernavegantes.

La red se ha plagado de páginas personales que contienen mp3, y ésto ha generado un gran conflicto con los servidores, al ser ellos en parte "responsables" por alojar archivos de este tipo.

Qué hacen los servidores gratuitos

Al principio uno de los únicos servidores gratuitos en donde se encontraban los mp3 era Geocities.com, pero ahora casi no quedan empresas de servicios en Internet que no ofrezcan hosting gratuito, por lo que uno se puede encontrar con millones y millones de archivos de audio por toda la red. Ésto ha despertado a los servidores como Xoom.com, Demasiado.com, Tripod.com... a hacer un boycot a los uploaders.

Uploaders son usuarios de Internet que suben contenidos a los servidores, en este caso canciones MP3.
Entonces por ejemplo cuando en nuestro servidor FTP tratamos de uploadear un archivo con extensión mp3 a una cuenta de Xoom no salta un ventana diciéndonos que ese tipo de archivos no se permiten en su servidor. U otro caso peor es el de Geocities, que nos permite subirlo, pero a la hora de haberlo hecho nos anulan la cuenta, entonces el que no lo sabe tal vez uploadea 10 temas en mp3 y en una hora se los borran. No es que esté del lado de los uploaders, pero podrían avisar, no?

Qué hacen los uploaders

Pero los uploaders no se quedan atrás e idearon dos formas de pasar por alto estos problemas: el primer método fue comprimiendo el archivo a formato zip, rar o hqx (con el WinZip), cambiándole entonces la extensión de mp3 a esas extensiones, "engañando" a los servidores.

El otro método, tal vez más difícil, es renombrando el archivo a otra extensión (por ejemplo class, bin, pl...), produciendo el mismo efecto que el método anterior.

Conclusión

Pero la guerra continua, pues algunos servidores realizan inspecciones mensuales en las que detectan archivos comprimidos que poseen mp3 o archivos que pueden ser renombrados a mp3. La vulnerabilidad de los servidores cada vez es más poca, pero igual los uploaders siempre seguiran protagoizando su papel de pícaros usuarios de la red a los que no hay barrera que los detenga.

Guido Lonetti

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